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Cómo manejar el estrés y la ansiedad

La pandemia nos afectó a todos. La pérdida de un ser querido o nuestra fuente de ingreso, la incertidumbre y el encierro generan niveles altos de estrés y ansiedad en cualquier persona. A pesar de la flexibilización de la cuarentena, la crisis sigue presente – y con la amenaza de empeorar debido a las elecciones nacionales.

A decir verdad, es imposible de escapar de la adversidad y la incertidumbre. La vida misma es un constante proceso de aprendizaje, y los conflictos son un importante motor de cambio. Por eso, necesitamos estrategias y herramientas para sobrellevarlos de la mejor manera sin que el estrés y la ansiedad se apoderen de nosotros. A continuación, compartimos técnicas útiles para hacerlo.

El estrés es algo bastante común durante este tiempo de pandemia.

La ansiedad y el estrés, viejos amigos

Muchas veces ambos términos son utilizados cómo si fueran lo mismo. Ambos son caracterizados por una sensación de intraquilidad, nerviosismo, dificultad para concentrarse y el temor que algo pueda salir mal. Sin embargo, no son la misma cosa, e identificar sus diferencias podrían ayudarnos a manejarlos de la manera correcta.

El portal psicología online destaca la siguientes tres diferencias:

  • El origen del estrés es identificable. En cambio, el origen de la ansiedad es difuso. Es decir, el estrés puede ocasionarse debido algo en específico. Por ejemplo, «Estoy estresado porque no me está alcanzando el tiempo para terminar mi proyecto final». Por su parte, la ansiedad se expresaría de esta otra forma: «Tengo miedo que algo salga mal».
  • En el estrés, la emoción predominante es la preocupación o frustración. En cambio, en la ansiedad es el miedo. Por ejemplo, una persona estresada diría: «Me siento frustrado porque la impresora se arruinó justo ahora«. Una persona con ansiedad diría: «Temo no dar la talla con el nuevo desafío que tengo al frente».
  • La duración del estrés es hasta resolver el problema. La duración de la ansiedad es indefinida. Por ejemplo, alguien con estrés podría decir: «Me siento tan aliviado de terminar la semana de exámenes.» En la misma situación, alguien con ansiedad llegaría a preguntarse: «¿Me alcanzará la nota para aprobar y pasar de año?»

Procuramos evitar estas emociones porque son incómodas. Sin embargo, lo que uno resiste, persiste. Si no las afrontamos pueden prolongarse hasta que les prestemos atención. Para esto, es necesario cambiar de perspectiva en torno a las emociones. Culturalmente, es bastante común prolongar los sentimientos positivos lo más posible y evitar los negativos a toda costa. Nuestra nueva percepción debería concebir las emociones, tanto buenas como malas, como aliadas nuestras. El estrés como la ansiedad buscan alertarnos de una amenaza o peligro. Entre más queramos evadirlos, más fuerte se manifestarán.

«Lo que resistes, persiste».

Carl Gustav Jung

Por eso, requerimos comunicarnos con nuestras propias emociones. El primer paso debería ser tratar de escuchar que nos quieren decir. Para lograr eso se debe cambiar de actividad y/o mentalidad al respecto.

Cómo manejar el estrés

Estas son las cosas que en lo personal mejor me han funcionado para manejar el estrés.

  • Ejercicios de respiración. La respiración es algo tan inconsciente que muchas veces lo pasamos por alto. Cuando estamos nerviosos comenzamos a respirar rapidamente y por la boca. Cambiar este patrón de comportamiento nos puede relajar y traer mucha más claridad a la mente. El ejercicio de respiración que mejores resultados me dio es el diseñado por Wim Hof. En el siguiente vídeo hay una guía básica en español.
  • Salir a caminar. En la serie documental «Bill Gates bajo la lupa», se revela que el multimillonario cofundador de Microsoft tiene el hábito de dar largas caminatas para despejarse. Probablemente pienses: «no tengo tiempo para salir a caminar». No obstante, si trabajas en un estado mental estresado, serás mucho menos eficaz. El tiempo que inviertas caminando lo recuperarás facilmente con la efectividad con que hagas las cosas al volver.
Caminar ayuda a despejar la mente y pensar de una manera más creativa.
  • Anota todas las cosas pendientes por hacer. Muchas veces, el problema del estrés se debe a la saturación de tareas pendientes que cargamos en la mente. Anota todas las cosas que te preocupen en una hoja de papel, categorízalas según proyecto y luego prioritízalas. Sentirás bastante alivio al poner por escrito todo aquello que te angustiaba. Por otro lado, el priorizar te dará claridad sobre qué tareas realizar primero y cuáles no merecen tu atención.
Escribir las tareas pendientes brinda una estructura para abordarlas.

Estas tres técnicas son buenas para salir del bucle mental generado por el estrés. A través de ella podemos identificar nuestras preocupaciones y encontrarles soluciones creativas. Ahora bien, si hay algo que todavía sigue incomódandonos, es muy probable que ya sea ansiedad.

Cómo manejar la ansiedad

La mejor estrategia para conversar con esta emoción es lo que los filósofos estoicos llamaban premeditatio malorum, que significa «imaginación negativa». Consiste en imaginar el peor caso escenario, visualizar la situación que más tememos. El experimentar mentalmente esas terroríficas circunstancias, le quitan el poder al miedo. Al hacerlo, descubrimos que por más malo que sea ese escenario, no significará el fin del mundo ni de tu vida.

La imaginación negativa le quita el poder al miedo. Es recomendable

Este ejercicio requiere bastante madurez, entereza emocional y sabiduría. No recomendaría practicarlo en un mal momento anímico. En esas circunstancias, lo mejor sería visitar ayuda profesional de un psicólogo. De hecho, en cualquier circunstancia, no hay nada como recibir ayuda especializada. Estos consejos sólo prentenden abrir la conversación y proveer algunas opciones para afrontar dificultades.

¿Alguna vez pusiste una de estas recomendaciones en práctica? ¿Cuál te llamó más la atención? ¿Qué estrategia usas tú para manejar el estrés o la ansiedad? Te leemos en los comentarios.

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